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¿Qué hacer si crees que una amistad está ejerciendo violencia?

Estrategias para  intervenir de forma segura y efectiva

Antes de intervenir a un amigo que podría ser un agresor, cuida tu propia seguridad. Si te sientes cómodo para intervenir, comienza con preguntas amables como: “¿Cómo van las cosas entre tú y [pareja] últimamente?”. El objetivo es que tu amigo admita que está sintiendo estrés y podría necesitar ayuda para lidiar con ello. Es poco probable que una persona abusiva responda positivamente a ser confrontada directamente sobre su comportamiento. Brindar apoyo y hacerle entender que puede tratarse de estrés puede hacer que acepte ayuda más fácilmente. Un experto puede manejar esta situación, pero presionar demasiado podría poner en peligro a la víctima. Habla con otros amigos sobre lo que has observado y resuelvan el problema juntos.

¿Cómo encontrarle ayuda a tu amigo?

Si tu amigo admite que está “estresado”, ofrécele acompañarlo a un consejero de salud mental o del comportamiento. Normaliza el tratamiento de salud mental al contarle a tu amigo sobre alguna ocasión en la que necesitaste ayuda, o si alguien más en tu familia necesitó orientación sobre salud mental. Planifica con anticipación adónde podrían ir juntos para obtener ayuda. Puedes averiguarlo al preguntar a la oficina de prevención de violencia o al centro de salud de su institución, llamar a una linea de apoyo o llevarlo directamente a la Fundación Amor del Bueno. Lo mejor que puedes hacer como amigo o ser querido es alentarlo a que reciba ayuda de un profesional.

​​Enfatiza la importancia de que tu amigo no use la violencia

Dile a tu amigo que no importa lo mal que se pongan las cosas, incluso si su pareja lo ha engañado, insultado o hecho otras cosas injustas; nunca hay un motivo para golpearla ni lastimarla. Puedes hacerle saber a tu amigo que beber en exceso no justifica el uso de la violencia y que tener una infancia difícil no es motivo para lastimar a otra persona.

Muchas personas abusivas no se dan cuenta de que están siendo abusivas

Una persona con conductas abusivas puede creer que está siendo dulce, cariñoso y amoroso cuando intenta “proteger” a su pareja, o pensar que para “demostrar cuánto significa alguien para ti”, debe ser celoso. Algunos abusadores, aunque reconocen que su comportamiento es inapropiado o, incluso, criminal, se justifican a sí mismos diciendo que no se pueden controlar, o que simplemente no les importan las consecuencias de sus actos. Si crees que un amigo está siendo abusivo en su relación, es fundamental que alguien hable con él sobre su comportamiento. Si bien es importante que intentes hablar con él sobre esto, es probable que tu amigo no te quiera escuchar, pero si lo hace, sugiérele que busque ayuda profesional. Si no es receptivo, puede ser útil hablar con otras personas en su vida a las que él admire (un entrenador, docente, padre, etc.). Explica a esas personas lo que estás viendo y pídeles que hablen con tu amigo sobre cómo necesita cambiar sus comportamientos, así como por qué debería cambiarlos. Algunos de los signos de una personalidad abusiva incluyen: no aceptar la responsabilidad por sus acciones, dificultad para tolerar los daños; si alguien lo lastima, cree que está bien lastimarlo también e incapacidad para hablar sobre sus emociones.

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Las tendencias abusivas suelen manifestarse de las siguientes maneras:

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  • Negarse a asumir la responsabilidad de sus acciones.

  • Tener dificultades para tolerar críticas.

  • Creer que es aceptable dañar a otros como represalia.

  • Evitar o ser incapaz de hablar de sus emociones de manera constructiva.

 

Reconocer estas señales puede ayudar a identificar el problema y guiar la conversación hacia la búsqueda de ayuda.

El comportamiento abusivo es el resultado de diferentes factores de riesgo

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  • Traumas pasados o sentimientos de abandono.

  • Codependencia y dificultad para manejar emociones.

  • Rechazo, negligencia o falta de validación familiar.

  • Creencias internalizadas que tratan a otros, especialmente a las mujeres, como objetos.

 

Comprender estos factores subyacentes puede proporcionar contexto y reforzar la importancia de la intervención profesional.

Recuerda que presionar demasiado puede poner en peligro a la víctima. Brindar apoyo y ofrecer acompañamiento a servicios profesionales puede ser más efectivo que confrontar directamente el comportamiento abusivo.

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Enfatiza que la violencia nunca está justificada, independientemente de las circunstancias. Si tu amigo no está receptivo, busca la ayuda de otras personas en su vida que puedan influir positivamente. Comprende que el comportamiento abusivo puede surgir de diversos factores de riesgo y que la intervención profesional es esencial para un cambio genuino.

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Como amigo, tu papel es ser un puente hacia el apoyo profesional, recordando siempre que la seguridad de todos los involucrados es lo más importante.

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