10 señales
de una relación saludable
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RITMO CÓMODO
La relación avanza a un ritmo que se siente adecuado para ambos. Aunque es natural querer pasar tiempo juntos al conocer a alguien, una relación saludable permite que ambas personas se sientan alineadas con el progreso. No hay presión ni prisa, y nadie se siente abrumado.
RESPONSABILIDAD
Asumir la plena responsabilidad de tus acciones y palabras en la relación. No culpas a tu pareja, sino que reconoces tus errores de manera abierta. Cuando algo sale mal, ofreces una disculpa sincera y te comprometes a hacer cambios positivos. Eres consciente de cómo tu comportamiento afecta a tu pareja, incluso cuando el daño no es intencional.
RESPETO
Valorar las creencias, opiniones e individualidad del otro. Aprecias la singularidad de cada uno y se apoyan mutuamente para ser auténticos. El respeto consiste en honrar las diferencias al tiempo que se fomenta una conexión y comprensión profunda.
INDEPENDENCIA
Una relación saludable proporciona espacio para la individualidad. Ambos respetan el tiempo personal, los hobbies y las amistades del otro. La independencia significa ser libre para perseguir tus propias pasiones mientras apoyas a tu pareja en hacer lo mismo, sin sentir la necesidad de compartir cada aspecto de tu vida.
IGUALDAD
Una relación equilibrada en la que ambos socios contribuyen por igual a la felicidad y satisfacción de la relación. Las necesidades y preferencias de cada uno son respetadas, sin que nadie domine al otro. Aunque puede haber momentos en los que uno dé más, en general, la relación se siente justa y equilibrada, donde las contribuciones de ambos son valoradas.
HONESTIDAD
Apertura sin miedo al juicio. En una relación saludable, ambos se sienten seguros para compartir sus verdades, sentimientos y experiencias. No hay necesidad de ocultar nada y, aun cuando la honestidad es difícil, se recibe con comprensión, empatía y respeto.
AMABILIDAD
La compasión y el cuidado mutuo son la base de una relación saludable. Ambos son considerados con los sentimientos, necesidades y pasiones del otro, siempre esforzándose por aportar felicidad a la vida del otro. La amabilidad fluye en ambas direcciones, creando un ambiente de calidez y apoyo.
CONFIANZA
Confianza en las intenciones y lealtad de tu pareja. En una relación saludable, la confianza es natural, no sientes la necesidad de cuestionar su compromiso o motivos. Tu pareja respeta tus límites, privacidad e individualidad, reforzando tu fe en la relación.
CONFLICTO SALUDABLE
Los desacuerdos ocurren, pero en una relación saludable, los conflictos se manejan con respeto y comunicación calmada. En lugar de evitar o intensificar los problemas, ambos trabajan para comprender la raíz del problema y resolverlo sin juicio ni agresión. El respeto permanece constante, incluso en las conversaciones más difíciles.
DIVERSIÓN
La alegría y la risa son esenciales para una relación próspera. Aunque ninguna relación está exenta de desafíos, una relación saludable está llena de más momentos positivos que difíciles. Juntos, encuentran diversión, risas y juego que sacan lo mejor de ambos.